Para los que somos de tierra adentro, amanecer unos días al año junto al mar puede ser un privilegio, además de disfrutar de la estancia en algún bonito lugar de nuestras costas, no hace falta ir muy lejos para ver hermosas salidas y puestas de sol,
Una
vez que regresamos nos queda la esperanza de poder realizar alguna escapada
otoñal en algún bonito lugar de nuestro país.
El mayor problema es el aumento de los precios, la mayoría lo solucionamos reduciendo las estancias, otros utilizan la hucha diaria que también ayuda. El aumento desmesurado del turismo beneficia la economía del país, pero perjudica nuestro bolsillo.
Pensar en esas escapadas de vez en cuando, es lo que no anima el regreso de las vacaciones de verano.
ResponderEliminarBonita foto.
Un abrazo.
Tengo la costumbre de volver al mar en octubre, y me sienta fenomenal. Los precios dices, tambien estan altos en la acera de enfrente, en los gastos diarios, en lo cotidiano ¡Cachis!
ResponderEliminarMatías:
ResponderEliminarno obstante, observo una gran paradoja (que no es nuevo, por otro lado). Los bares están llenos y no encuentras sitio; si no reservas, ni de coña puedes comer en un restaurante; mirar hoteles y nunca hay nada disponible. ¿Qué pasa? ¡No lo sé! Oyes la radio y te cuentan que la pobreza ha subido no sé cuánto, que la gente no puede veranear, que esto y que lo otro. ¡No entiendo nada!
Salu2.
Siempre nos queda el inserso. Un beso
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