han conseguido sus carreras gracias al sacrifício de sus progenitores y a las becas del estado, del que
ahora reniegan.
No han vivido la pobreza ni las miserias del pasado que vivimos los mayores, tampoco sufrieron en sus
carnes ninguna guerra ni posguerra y la mayoría no han trabajado nunca fuera de la política.
Cada vez que les ponen un micrófono empiezan a dar un mitin, siempre para recriminar todo lo habido y
por haber, en muchos casos lo hacen voceando e incluso con agresividad en sus palabras, creyendo
que así son mas convincentes.
Algo hemos hecho mal para llegar a esto, creo que muchos jóvenes políticos están enfermos o tal vez
seamos los mayores que no los entendemos.