Hace
mas de medio siglo que me contaron esta historia.
Le
gustaban los animales, tenía entre otros
unos cuantos gallos de pelea en un gallinero, los había comprado para que no
los utilizaran en peleas.
Como
vivía solo, tuvo la idea de comprar un loro parlante para que le hiciera
compañía, se dirigió a una tienda de animales exoticos y le dijo al dependiente
que quería un loro que le hablase, este le dijo: – llévese este que nos trajeron ayer, ya
le hemos oído algunas palabras.
Ya
en su casa comenzó a decir al animal –-habla
lorito habla, pero el loro ni pío, al día
siguiente volvió a repetirle – habla
lorito habla, pero el loro seguía mudo.
Después
de diez días repitiéndole lo mismo el loro seguía callado, desesperado cogió al
loro por el cuello con las dos manos y
agitándolo le gritaba
¡Di algo desgraciado!
¡Di algo desgraciado!
Pero
nada, ni siquiera un graznido.
Un
día cansado de intentar que hablara, muy enojado echó el loro a los gallos de
pelea para que dieran cuenta de él y se fue a dormir.
A
la mañana siguiente fue al gallinero para ver que había sido del loro, viendo
con sorpresa a todos los gallos de pelea
muertos, menos uno que el loro tenía agarrado por el cuello mientras le gritaba:
¡Di algo desgraciado!
¡Di algo desgraciado!