viernes, 28 de agosto de 2020

El pueblo que te vió nacer.



El trabajo que hacía Ramón en el pueblo consistía en labores del campo que comenzaban con los primeros rayos de sol de la mañana, finalizando en el ocaso del día, realizando las distintos trabajos agrícolas,  era un trabajo duro pero compensado con una vida sana al aire libre y sin complicaciones.
Un día Luis, un vecino que  trabajaba en la ciudad, le comentó que necesitaban personal en su empresa.

Sopesando los pros y los contras, un invierno a finales de 1972, dejaron el frío y agreste pueblo castellano, con la ilusión de una mejoría laboral. Toda la familia de Ramón se desplazó a un modesto pisito en alquiler en la gran ciudad, una cuarta planta sin ascensor ni calefacción, en un barrio obrero de la periferia, con vistas a  un pequeño vertedero.

El nuevo trabajo en la ciudad, comenzaba a las ocho de la mañana, el primer día salíó de su casa a las seis para no llegar tarde, por tener que cruzar la ciudad, en dos medios de transporte.

El trabajo consistía principalmente en cargar enormes masas de carne, de unos ganchos a los camiones de reparto y otras labores poco gratificantes, para llegar a casa deslomado hacia las diez de la noche y sin apenas cenar quedar profundamente dormido. Desde aquel primer día, pasaron 43 largos años hasta el día de su jubilación.

En el pueblo el trabajo era de sol a sol, pero sin agobios ni carreras, en la ciudad, salía al amanecer con su bolsa y su tartera y regresaba de noche cansado y desganado, recibiendo a fin de mes un sueldo que le daba para  pocas alegrías.

En muchas ocasiones a lo largo de su vida laboral, las añoranzas de su pueblo le producían un estado melancólico, recordaba con tristeza la naturaleza, la libertad y las partidas de mus de los domingos, llegando en muchas ocasiones a maldecir el día que se le ocurrió ese cambio tan erróneo.

Hoy está feliz, con una modesta jubilación, pero en el pueblo de donde decía que nunca debió salir, feliz con su pequeño huerto y algunos amigos de juventud.
Por contra, su mujer no está muy conforme por el regreso y alejamiento de sus hijos, que quedaron en la ciudad y que de cuando en cuando los visitan.

También me comentaba que en muchas ocasiones había pensado en el tiempo malgastado en una ciudad donde nunca se integro y donde casi todos los días fueron iguales.

En los años 60 comenzó La España Vaciada, con mejor o peor fortuna, muchos campesinos arribaron a las grandes ciudades con la esperanza de mejorar su vida y la de los suyos, son muchos como Ramón los que no lo consiguieron.

jueves, 13 de agosto de 2020

No es país para la cordura.

Es un año tan nefasto y con un panorama tan incierto que se quitan las ganas de publicar. además últimamente casi siempre impera la situación tan negativa que nos está tocando vivir.  Por desgracia la política y los políticos son los que nos tienen en un sin vivir. 

En los últimos tiempos, son muchos los jóvenes que se implican en política y no precisamente por ideales, algunos comienzan con mucho ímpetu, se quieren comer el mundo con proclamas revolucionarias, otros como salvadores de la patria, pero todos tienen un mismo ideario, " quítate tu para ponerme yo".

 Los nuevos políticos que han llegado al poder con ideas radicales, se deberían dar cuenta que no todo es tan bonito y tan fácil como creían, creo que no están a la altura para desempeñar una política acorde con unos tiempos tan difíciles.

Este año tan complicado  todos los políticos deberían estar unificando y acordando medidas para salir a flote con el menor daño, pero parece que no va a ser así, viendo los últimos plenos en el congreso, aquello se parecía mas a una corrala de vecinos mal avenidos, que a un parlamento responsable.

Los mejores en esta crisis los sufridos ciudadanos, que hemos soportado diez años de recesión, un grave golpe independentista y una corrupción política desmesurada, para terminar sufriendo un duro estado de alarma, un nuevo revés económico, una monarquía en horas bajas y el virus atacando de nuevo.

         Aun nos queda un poco de esperanza, sigue amaneciendo todos los días