Hacia
treinta años que jugaba a la lotería,
nunca había tenido un premio importante, pero no desistía.
Siempre
jugaba el mismo numero que tenía memorizado como algo propio, algunas veces
soñaba con el, los domingos por la
mañana lo primero que miraba en la prensa era la página de los sorteos.
Aquel
domingo después de comprobar el número se quedó inmóvil, no se lo podía creer,
los cinco números que tenía en su memoria estaban allí plasmados en aquel
diario.
Fueron
16 millones de pesetas, una verdadera fortuna en aquellos años, la mayor parte
los empleó en la compra de tres pisos en la ciudad y vehículo de alta gama. Solo le faltaban tres años para la jubilación y decidió tomárselos
sabáticos.
Como
tenía mucho tiempo libre, dinero fácil y un vehículo que pocos trabajadores se
podían permitir, comenzó a dilapidar su fortuna, salía casi todas las noches en
busca de nuevas aventuras, llegando a tener una vida totalmente desordenada.
No
había transcurrido mucho tiempo cuando ya
estaba divorciado, pocos años después se encontraba en un estado
lamentable, como consecuencia de la ingesta diaria de gran cantidad de alcohol.
Después
de dilapidar todo el dinero, sufrió la experiencia de vivir en la calle y
mendigar para comprar bebida. Un buen día una persona que pasaba todos los días
junto a el, le hizo saber que muy cerca
de allí había un centro donde le podían ayudar.
Con una enorme tristeza relataba
esta historia en una rueda de compañeros del centro de rehabilitación de alcohólicos, les decía que había tenido una buena vida hasta que
recibió aquel premio maldito. Su historia era una de las muchas que se escuchaban a diario en aquel lugar.
Triste historia precisamente por la realidad que conlleva, personas que en cuanto tienen dinero no piensan que se les puede acabar y empiezan a despilfarrar hasta verse en la miseria...el alcohol, el juego y las drogas también arruinan a demasiadas personas.Saludos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarQué triste, me ha recorado a un caso real. Un hombre que se hizo construir una casa que en sus años era casi una mansión con lo ganado en una quiniela. También compró un coche cuano casi nadie tenía y al final terinó arruinado.
Una historia triste pero muy real.
Muy feliz tarde.
No sé si es una historia basada en un hecho real o no pero en cualquier caso las estadísticas dicen que gran parte de aquellos que han recibido un premio grande sus vidas, después de unos años, han ido al traste. Mientras que el dinero no se valore en su justa medida, tanto si falta como si sobra será la causa de un caos vital.
ResponderEliminarCuando digo que no me gustaría que me cayera una cantidad importante de dinero, piensan que lo digo por hacerme el interesante. Un pellizco está bien, pero observo que mucha gente a la que le sonríe la fortuna con una cantidad como para resolverle holgadamente la vida, lo que hace es complicársela. Conozco un caso, pero he oído hablar de muchos más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Premio maldito no lo llamaría yo, maldita la manera de emplearlo, Pero como historia, como relato me parece magnifico. Abrazos
ResponderEliminarY tan maldito. Triste muy real Un relato que por desgracia se da más de lo que pensamos.
ResponderEliminarBuen octubre.
Un abrazo
Muy triste y, por desgracia, real.
ResponderEliminarA veces, el dinero perjudica mucho.
Buen relato.
Un abrazo.
Hace muchos muchos años conocí la noticia de que a un hombre mayor, de edad avanzada, le habían tocado unos mil millones de pesetas a la lotería... Y tuve la certeza de que, muy posiblemente, le habían hecho un "desgraciado".
ResponderEliminarSimple reflexión ante tu noticia. Pero reconozco que en aquel tiempo sí fui consciente del riesgo de que te tocase algo que podría acabar desestabilizando.
Abrazos Matías.
De lo cual se deduce que el dinero no da la felicidad, aunque ayuda. Lo triste es no saber emplearlo y destruirse finalmente.
ResponderEliminarRelato didáctico.
Abrazos.
Una historia que pone los pelos de punta, pero creo que es real, porque ha habido muchas personas que les ha ocurrido algo muy similar. y es que el dinero no da la felicidad, porque con él si no eres una persona estable y generosa... te vas a la calle en menos que canta un gallo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Matias, vengo del blog de Ester.
ResponderEliminarUna historia muy real, y como real, más triste.
Quedo en reflexión, y me quedo por aquí para seguir leyendote.
Feliz martes
Eso nos consuela cuando la suerte no llega. Si nos toca podemos tener otros problemas.
ResponderEliminarUn saludo.
A mi, amigo Matías no me va a pasar, pues no soy aficionada a los juegos de azar. Hago mío ese refrán que dice...más vale pájaro en mano que ciento volando. En este caso, pesetas, euros o dólares...
ResponderEliminarUn abrazo.
A beautiful photo in black and white.
ResponderEliminarGreetings
Ya veras como en ese numero cae el Gordo de Navidad... Ya verás...
ResponderEliminarY nos tiraremos de los pelos, claro
jamas juego y no porque no me gusta me parece una manera de tirar dolares en la vida
ResponderEliminarTremenda la torpeza humana a veces, un buen relato del que sin duda hay que tomar nota, aunque claro, para sacarse la lotería habría que jugar y yo no lo hago, jajajaja un abrazo Matías.
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