Tradicionalmente,
La carrera por
instalar la decoración más temprana y el árbol más alto se ha vuelto una
competición para atraer un turismo de masas que, embellecen las
fechas, pero genera aglomeraciones que incomodan a los vecinos. Para los más pequeños,
la figura de Papá Noel (importada de otras tierras para instalarse como propia)
trae consigo una avalancha de regalos que terminan olvidados en baúles o
trasteros a los pocos días, solo para ser reemplazados por una nueva tanda en
Reyes.
Este ciclo de
exceso comienza ya en noviembre con las reservas de cenas de empresa, marcando
el inicio de un despilfarro alimentario que se extiende hasta enero.
A pesar de tanta parafernalia navideña que parece no tener marcha atrás, solo nos queda rescatar las reuniones familiares a la antigua usanza e intentar disfrutar, a nuestra manera, de la esencia de estas fiestas.
A todos los que pasáis por aquí os deseo unas Felices Fiestas de Navidad.

Tienes toda la razón la Navidad de hoy nada tiene que ver con lo esencial de estas fechas, pero los tiempos cambian y lo que importa es vivirlo a nuestra manera.
ResponderEliminarFeliz Navidad.
Un abrazo.
Que sean muy felices también para ti, Matías.
ResponderEliminarUn abrazo.