Los
robots sostenían el planeta, eran los que trabajaban para que los humanos se
dedicaran al ocio y diversión, cada humano tenía su robot particular, era su
sirviente, el que ganaba el salario y cotizaba los tributos a la hacienda
pública.
Un
diputado había cometido la osadía de no seguir las directrices de su partido,
había votado con la oposición, un delito
muy grave que se castigaba con la conversión en robot.
Al
diputado díscolo lo programaron para obedecer a un humano, pero se olvidaron de
borrarle la memoria, al tener doble inteligencia, doblegó a su amo a servirle a él y dedicándose a enseñar
a los demás robots a rebelarse contra sus dueños.
Unos
años después los robots eran super inteligentes, dominaban la tierra, los
humanos eran los que trabajaban y estaban al servicio de los robots.
En el mundo de la robotica los
científicos han dado pasos agigantados, ¿llegaran los autómatas a dominar la
tierra?
Si se lo dejamos en manos de los políticos las cosas terminarán de la peor forma posible.
ResponderEliminarUn abrazo.
A este paso.... quién sabe!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sería espeluznante que los robots dominasen a la mente humana.Saludos cordiales
ResponderEliminarUna pregunta interesante... e inquietante!
ResponderEliminarY sin embargo, la vida es otra historia. Pretender que una disciplina como la robótica pueda condicionar a ésta, la vida, es tener una visión algo limitante. Que no digo que no se perciba en ocasiones de esa manera...
Me reafirmo en la enseña que, "casualmente", publico en mi blog.
Abrazos Matías.
Como no anden listos eso es lo que les va a ocurrir. Claro que, a algunos no les estaría mal.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues no sé... Quien sabe, amigo
ResponderEliminarPues esperemos que no llegue a ocurrir.
ResponderEliminarFeliz martes.
Hola de visita: El relato parece fantástico y a mi no me gustaría que eso ocurriera. Saludos
ResponderEliminarNo me gustaría que un muñeco por llamarlo de alguna manera me mandara.
ResponderEliminarEsperemos no conocerlo.
Cuidaros Tomás esto se pone más serio.
Un abrazo.