Graciano llegó a la capital
con su maleta de madera en busca de trabajo, como había trabajado de ayudante
con el panadero del pueblo, en poco tiempo comenzó a trabajar en una
panadería de la ciudad.
Un año después ya estaba casado, con mucho sacrificio pudieron dar la entrada
de un piso en la periferia, era un barrio obrero donde había buena convivencia
con los vecinos.
Los primeros veinte años
estuvieron muy a gusto, pero cuando los mas mayores desaparecían y vendían los
pisos. la convivencia se fue deteriorando, hasta el punto que los vecinos que
podían, se iban del barrio a otra zona menos problemática.
Graciano, una vez jubilado se planteó cambiar de vivienda, pero tenía el
problema de la venta del piso, el barrio se había convertido en un suburbio
marginal donde nadie quería ir a vivir. Muchos que se fueron sin haber podido
vender, tienen el piso ocupado, hay edificios
donde la mayoría de sus inquilinos son ocupas.
Cuando la vida en el lugar
era insoportable, Graciano y María decidieron volver a su pueblo, alquilando
una casa modesta donde viven felices junto a los pocos vecinos que quedan.
La vivienda que compraron
con tanta ilusión en la ciudad, lleva once meses ocupada.
Cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia…….. o no.
Seguro que hay casos iguales o parecidos. Es triste que la ley esté mal redactada, peor interpretada y lamentablemente tampoco se pone en práctica. Un abrazo
ResponderEliminarEsperemos la justicia enga pronto mejores medios para agilizar estas situaciones. y los políticos valentía para aprobar nuevas leyes para evitar las injusticias.
EliminarTriste historia por lo real que es.No entiendo cómo la ley apoya a los okupas y también muy cierto que los barrios cambian generalmente a peor obligando a la gente honrada a abandonar el piso de sus sueños.Saludos
ResponderEliminarYo creo que si los políticos se pusieran las pilas, estas situaciones no serían tan frecuentes. Los jueces aplican la ley, por desgracia con demasiada lentitud.
EliminarDesgraciadamente no. No es pura coincidencia.
ResponderEliminarUn abrazo, Matías.
Cierto Macondo, casi todos hemos conocido alguna situación parecida.
EliminarPues no Matías. Triste y pasa con demasiada frecuencia hoy. Vamos que te vas de vacaciones y al volver no puedes ni meter la llave en la cerradura. Y para colmo tienes las de perder.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por desgracia estas situaciones son muy ciertas.
EliminarEste es un tema que me desconcierta, cómo es posible que la ley falle en este tema, estoy de acuerdo que todo ser humano merece su casa, pero conseguirla de ese modo y que la ley lo permita, y que encima haya que pagarles la luz y el agua...
ResponderEliminarQue hagan albergues para acogerlos, o busquen otras soluciones que no sean nichos...Feliz día Matias.
Los jueces aplican la ley, solo necesitan mas recursos para que sea ágil.
EliminarMe ha encantado que Graciano y María hayan vuelto a su pueblo, ahí seguro que viven bien.
ResponderEliminarLo menos bueno es que sus vivienda de la ciudad este ocupada por gente, que, quizá no ha dado palo al agua.
Un abrazo
Algunas personas prefieren volver al pueblo donde pasaron su niñez o juventud, otros por imposición, consecuencia de la mala calidad de vida en su barriada de la ciudad.
EliminarUna preciosa imagen.
ResponderEliminarEn cuanto al tema que planteas, a la orden del día en ciertas zonas o circunstancias.
Del texto me quedo con: "...decidieron volver a su pueblo, alquilando una casa modesta donde viven felices junto a los pocos vecinos que quedan."
Saber hacerlo, ya es mucho.
Abrazos Matías.
Son muchos los que volverían a su pueblo natal, el problema son las malas infraestructuras y peores servicios, para tener una vida digna en muchas pequeñas poblaciones.
EliminarEsto pasa todos los días. Una injusticia, una pena.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias por comentar.
EliminarHay cosas que no entiendo, ni entenderé... Tienen mas derechos los ocupas que los que con muchos años de trabajo llegaron a ser sus propietarios... No lo entiendo... Es mas facil romper una puerta que trabajar toda una vida...
ResponderEliminarAsí es Ildefonso la lentitud de la ley beneficia mas al ocupa que al propietario, dueño legítimo de la propiedad.
EliminarUn abrazo.
Por desgracia y aunque no quieras muchas veces es preferible vender, si es que puedes... te recuerdo que nuestra anterior alcaldesa estaba a favor de los ocupas, muy solidaria ella.
ResponderEliminarUn abrazo Matias.
Es cierto, viendo el panorama es mejor vender. Hay mucha vivienda vacía por miedo al alquiler, son demasiados los que ademas de no pagar destrozan la vivienda.
EliminarAbrazo.
Vergonzante esto de la ocupacion que es como ahora quieren llamar a lo que toda la vida se ha llamado robar o asaltar una vivienda pero con el indignante apoyo de una justicia lenta e injusta y de algunos partidos que apoyan a estos usurpadores de propiedades ajenas...lo que nos quedará por ver, saludos y feliz semana, muy buena entrada.
ResponderEliminarAsí ocurre, hay algún partido que en lugar de defender al propietario de la vivienda, defiende al usurpador.
EliminarUn abrazo.
Uffff, tema complicado y actual. Lo bueno es qu ese han podido ir al pueblo y allí hay paz.
ResponderEliminarMuy feliz tarde.
Estupendo tu relato.
ResponderEliminarActual y muy real.
Un abrazo.