sábado, 11 de enero de 2020

Madrid central.


La expresión castiza “de Madrid al cielo”  ya pasó a la historia, hay días que el centro de Madrid mas bien parece un infierno,  la contaminación, los automóviles, los ruidos, la suciedad y los malos olores se han adueñado del llamado “Madrid Central” un conjunto de calles del centro histórico que en los últimos tiempos deja mucho que desear. 

No solo son los vehículos los que contaminan, si miramos hacia los tejados podemos comprobar la gran cantidad de chimeneas humeantes. Claro está, que los ciudadanos se tienen que calentar, pero no creo que sea razonable hacerlo a costa de su propia salud y la de todos los ciudadanos que por ocio u obligación, acudimos al centro de la ciudad. 

Según algunos expertos, casi un 20% de la boina contaminante que se instala  en Madrid proviene de las calefacciones, es lamentable que en estos tiempos del impulso de energías renovables, aun no se haya solucionado el problema.

Otro problema ha surgido desde que autorizaron  los patinetes, bicicletas y otros artilugios móviles,  que con la mayor impunidad circulan por las aceras, algunos a una  velocidad escandalosa. Los patinetes los podemos encontrar en cualquier lugar, en algunos casos tirados en el suelo.




 Pasear por las calles, para ir al trabajo, hacer nuestras tareas cotidianas, o para hacer un poco de ejercicio físico, además de respirar un aire bastante contaminado, hay que ir sorteando esos  vehículos de dos o tres ruedas, también hay que ir sorteando a los viandantes que van inmersos en el contenido de sus teléfonos móviles.





En definitiva que los residentes y visitantes en Madrid tenemos probabilidades de sufrir una enfermedad pulmonar  o  ser atropellados por los citados velocípedos.

13 comentarios:

  1. jajaja...Matias, cuanta verdad en este escrito, iremos acomodandonos como podamos.
    Un abrazo y feliz finde desde Madrid al cielo.

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  2. Muchos, somos demasiados y no hay aire para todos y es que nadie quiere pasar frío, ni ir andando a repartir verduras, ni ducharse con agua fría, no queremos lavar a mano y nos negamos a perder la comodidad adquirida. Abrazos

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  3. Tiene que ser duro tener que vivir en un lugar cómo el que describes, algo se debería de hacer para mejorar esta situación.Saludos

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  4. Indudablemente lo primero es luchar contra la contaminación, pero no basta con eso. Los vehículos que no contaminan también deber ser controlados, porque entre bicicletas y patinetes campando a sus anchas, los peatones no sabemos por dónde nos pueden venir.
    Un abrazo.

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  5. A lo bueno se acostumbra uno pronto.
    Y los tiempos cambian a mejor aunque a veces nos cueste reconocerlo.
    Abrazos.

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  6. Pues tienes mucha razón.
    Hay que intentar superarlo.
    Con lo lindo que es Madrid!!.
    Un abrazo.

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  7. Posiblemente es que todo esto ni siquiera tenga ya solución... Es posible, simplemente, que estemos perdidos sin remedio...
    Un abrazo

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  8. En una "Lambretta" que tuve de joven, le puse una pegatina larga y estrecha que ponía ese: De Madrid al cielo.

    Está claro que de aquel Madrid del 60 al 72 en que viví allí, va quedando poco. Y de lo que abunda, sobra más de la mitad.

    Lo frecuento ocasionalmente pero por la "periferia". Arturo Soria hacia el final, Boadilla del Monte, Cuatro Vientos, etc. Y pocos días.

    Y vuelta al valle donde habito, rural y pastoril, en el País Vasco.

    Abrazos Matías.

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  9. Otro que protesta. Me gusta la mente de Ernesto no protesta nunca

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  10. Hay amigo, así es. Cuanto más grande es una ciudad, más lo sufre. Lo notamos cuando vamos a ver a mi hijo. Y cada vez estamos más motorizados. Doy gracias por vivir en Béjar.
    Un abrazo.

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  11. Hace mucho tiempo que no voy por el centro de Madrid, pues apenas tengo necesidad. Vivo en el extrarradio muy bien, hay poca contaminación, poca gente con la que tropezar, etc,etc.
    No se que es peor si los patinetes, bicicletas y teléfonos móviles.
    Un abrazo

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  12. Te doy toda la razón del mundo. A veces sales a las calles de Madrid y en un momento dado te sorprendes anhelando vivir en una ciudad pequeña o incluso en un pueblo. Me temo que ahora más que nunca de Madrid al cielo, porque más fácil que nunca también o nos morimos de asma o nos matan de un atropello en la propia acera.
    SAludos.

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  13. lindas imágenes no conocía tu blog me gusta como detallas lo importante
    un abrazo desde Miami

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