En un pequeño pueblo de la España profunda había tres personas influyentes el alcalde, el
cura y el maestro.
El alcalde era Ceferino,
llevaba mas de treinta años en el cargo y nadie se atrevía a quitarle el
puesto, también era el terrateniente del pueblo, las mejores
fincas de las inmediaciones le
pertenecían, era orgulloso, prepotente y mujeriego, pero tenia una cosa buena,
le daba trabajo a casi todo el pueblo.
No se llevaba bien con el
maestro, tampoco con el cura que conocía sus andanzas y cuando este se cruzaba
con el, lo miraba de reojo y no precisamente para darle bendiciones.
Al alcalde le gustaba mucho
visitar a su amigo Paco, pero las
visitas las hacía sabiendo que estaba
sola su mujer, ya que Paco estaba todo el día
trabajando en el bar del pueblo que también era de su propiedad.
Paco estaba ya con la mosca
tras la oreja, le habían llegado rumores que los jueves en su casa siempre tenía visita, hasta que un jueves le dijo al único parroquiano que tenía que
cerrar para ir a un recado.
Cuando llegó a casa se
encontró a los adúlteros en una situación bastante incómoda para los tres, en
ese momento Paco se quedó inmóvil, no
sabía que decir, al fin le dijo al alcalde
- si no fueras mi jefe te ibas a enterar, el alcalde le contesto - si le hubieras preguntado a tu mujer con
que dinero te compró el tractor que usas en las olivas, hoy estarías a esta
hora en la cantina sin hacer preguntas,
Paco dudó y marchó al bar.
Unos meses después Paco
había prosperado, gracias a su mujer se había convertido en el nuevo propietario del bar, había contratado un empleado y el se paseaba por el pueblo con un flamante Mercedes, otro nuevo regalo de su mujer.
El relato ha crecido con tres protagonistas diferentes a lo esperado, el alcalde, el tabernero y su mujer. Y es que en la vida el dinero manda. Abrazos
ResponderEliminarCornudo, pero no apaleado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que hace el dinero....
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre hay personas que se venden facilmente por el vil dinero.Saludos
ResponderEliminarPoderoso caballero don dinero [dicen]
ResponderEliminar😗
Lo fácil es decir que Paco no tiene dignidad, sin embargo yo voy a ir más allá y digo que la vida en pareja nadie sabe qué las une, en este caso es "un contrato" donde ella le paga el seguir estar casada y el alcalde su silencio. El Alcalde es quien no tiene ética ninguna, la mujer es una víctima de su propia vida. Con lo bien que se vive de forma sencilla y la verdad por delante.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Hola Manuela.
EliminarEs cierto lo que dices sobre que en la vida en pareja nadie sabe lo que los une... Y no sería en ciertos casos pérdida de dignidad alguna ciertas prácticas poco convencionales.
Disiento, eso sí, querida amiga, del calificativo de "víctima" hacia la mujer. Y me baso precisamente en tus propias palabras de que "nadie sabe...".
Fuerte abrazo.
Ahora leo el contracomentario y con permiso de Matías insisto en que a nadie, a ninguna persona, le gusta llevar una vida fingida, únicamente el no atreverse al cambio le hace seguir con ella y es por eso por lo que digo que esa mujer es víctima de su propia vida.
EliminarUn relato ajustado a los tiempos que hemos vivido y que seguimos viviendo...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Poderoso caballero es "don dinero"!
ResponderEliminarCon o sin tractores por el medio, esto de los "jueves" era y es moneda habitual en las relaciones humanas... Ahora más que antes, sin duda, pero haberlo siempre lo hubo.
Abrazos Matías.
No quiero opinar Matías, jajaja.
ResponderEliminarYa he vuelto de mis vacaciones.
Un abrazo.
Por desgracia es lo de siempre. El triángulo de la prosperidad incluyendo la falta de honor y dignidad.
ResponderEliminarUn abrazo Matías.