viernes, 21 de abril de 2017

Día de descanso.

Hoy no tenía nada que hacer hasta las doce, me levanto temprano porque duermo poco, me preparo mi primer café y salgo al patio para ver el día que hace.
Me llama mi hijo para que le deje el coche, el suyo no le arrancaba, mala suerte la mía, había quedado con unos amigos para ir al campo. Llame a Fermín para decirle que hoy no podía ir, que fueran ellos solos.

Como la mañana es larga enciendo la tele,  noticias, cambio el canal, la princesa del pueblo, sigo, masacre en Afganistan, cansado de darle al mando la apago y enciendo el PC. Reviso mi correo y la mísera cuenta del banco para ver si sigue ahí, también las únicas acciones que poseo, doscientas que compre cuando empezó la crisis a 18,40 y ahora están a 3,20, mala suerte la mía hoy también caen.

Aburrido vuelvo al salón, pongo otra vez la tele, La Sexta, la mañana promete, veo que han detenido a alguien  importante y como siempre el primero el cámara para la exclusiva, no dicen nada nuevo,  van a los registros y  la tele la primera, casi antes que la Benemérita. Como esas historias ya me las sé, llevan nueve años machacando con lo mismo, cambio a La Cuatro, “casualidad” mas corrupción, también su corresponsal in situ, en todo el meollo.

Aburrido salgo a que me de el aire, me encuentro a Fabián, un vecino que enviudó hace un mes, le pregunto ¿Qué tal?, me dice que le han despedido por faltar diez días al trabajo, me comenta que con sesenta años donde va a ir, le doy ánimos y me despido.


Como es la hora de comer voy a casa Félix, me beneficio con un cocido madrileño que me dejó agotáo,  fue lo mejor de la mañana. Como había dormido poco decidí no pasar mas malos ratos y me tomé una buena siesta.  

5 comentarios:

  1. Qué buen relato, yo también tengo días así, en que parece que nada pasa. Y la siesta es lo mejor ¿no?
    Saludos y gracias por pasar por mi blog

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  2. Lo mejor el cocido y la correspondiente siesta.
    Un abrazo.

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  3. Siempre hay que encontrar un momento de disfrute y relax, aun en los días en que todo parece ponerse en nuestra contra.

    Hace mucho que no me como un cocido completo, creo que ya ni la siesta podría remediar lo que le ocurriría a mi estómago de pitiminí.

    También duermo poco, Matías, pero tengo costumbre de aprovechar la noche, apago la luz sobre las dos, aunque nunca me levanto tarde.

    Ay, la tele, Matías, no la aguanto, así que sólo la uso como pantalla para series o películas que compro. Ya ves, soy de las que todavía no pirateo nada.

    Has montado un buen relato con lo cotidiano.

    Un beso; Matías, y que tengas una semana divertida.

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  4. Lo mejor el final: ese cocido y la siesta, salud y vida.

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  5. Siempre pensamos que "cuando tengamos tiempo" haremos ésto y lo otro y lo de más allá"; después, cuando lo tenemos... pasa lo que pasa. No sé dónde está el problema, pero haberlo haylo porque hay muchos días como el que describes. A mí hay días incluso (son la minoría) a los que parece que faltan horas.

    Abrazo.

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