martes, 21 de febrero de 2017
El Metro
Aunque no soy un asiduo del metro, puedo asegurar que es el medio de transporte mas rápido y mas animado, un medio que los últimos años ha mejorado notablemente, hace años la suciedad y los malos olores imperaban por todos los rincones, eran habituales las carreras por los pasillos con atropellos incluidos.
En sus interminables corredores podemos encontrar todo tipo de personajes vendiendo una variedad de artículos, discos, películas, gafas, tabacos, abanicos o prendas de marcas conocidas presumiblemente falsificadas.
Hay otros personajes, que intentan ganarse la vida tocando variados instrumentos musicales, que con mayor o peor acierto amenizan nuestro recorrido.
En el interior de los trenes, si echamos un vistazo podemos encontrar en un solo vagón casi todas las razas humanas, observando en sus semblantes una seriedad notoria, en muchos casos se puede intuir en los rasgos de sus caras la dureza de la vida.
La mayoría de los viajeros, manejan con mayor o menor soltura esos nuevos artilugios de comunicación, sobre todo los mas jóvenes son verdaderos expertos dándole a las teclas, algunos lo hacen con verdadera vehemencia, los que van leyendo la prensa o algún libro ya son minoría.
Los que siguen haciendo su negocio particular, son los carteristas en las horas punta, siguen campando a sus anchas, para vivir sin dar golpe, a costa de los incautos y sufridos ciudadanos, sin que nuestro código penal agrave el castigo a estos sujetos.
En uno de mis últimos recorridos, arribó al vagón un hombre con una enorme acordeón de la que sobresalía una varilla con un bote metálico en el extremo, comenzando a tocar un trasnochado éxito veraniego, para terminar acercándose a los viajeros reclamando una dádiva, saliendo rápidamente y pasando al siguiente vagón.
Dos o tres estaciones mas adelante entró otro músico, en esta ocasión con una guitarra, comenzó a tocar maravillosamente, pero que lo estropeó cunado comenzó a cantar, soltando desafinadas estrofas de una canción conocida, para terminar haciendo la misma operación que el anterior.
El viaje de vuelta fue menos musical, pero accedió al vagón un extraño personaje, un hombre con cara de pocos amigos, vestía un pantalón vaquero, un polo rojo con una inscripción extraña, tenía los ojos rojos, un pendiente en la oreja derecha, y ambos brazos tatuados, era una persona que solo viéndola te tientas la cartera, comenzó gritando con voz ronca, que no tenía trabajo, que tenia la mujer enferma y tres hijos pequeños que alimentar, unas palabras que le salían de carrerilla, a la vez que iba extendiendo la mano hacia los viajeros pidiendo una ayuda.
Ese mundo subterráneo lo recorremos todo tipo de gentes y de distintos ámbitos sociales, algunos trajeados que pueden ser ejecutivos o profesionales, otros con ropas de trabajo con pequeñas mochilas, otros visten un chándal y deportivas. Como decía al principio, el metro es un medio de transporte rápido y ameno, os diré que hablo de Madrid, aunque será igual que en otros lugares.
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Lo explicas muy bien a pesar que lo frecuentas poco. A mi si me gusta, viajo más en el cercanías hasta Atocha. No me agrada cuando entran esos músicos en el vagón, me molesta el ruido...en fin. como verás soy un poco rarita.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y te mando un gran saludo.
Hace unos años estuve unos meses en Madrid y el metro fue un gran descubrimiento para mí. Así soy de cateto. No tengo sentido de la orientación y gracias a él llegaba a todas partes sin problemas. Después he estado en otras ciudades con metro y creo que el de Madrid es especialmente bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay, el metro... Y la atracción y temor que produce en quienes llegamos de lejos...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Pues yo juraría... que no he subido nunca en un metro. En mi ciudad hay autobuses y tranvías, pero metro no. Lo que sí hace muchos años ya y en una de mis dos cortas visitas a Madrid, entré en una "boca" de metro, y sinceramente, entonces, daba miedo porque como quien dices (o digo yo) sólo faltaban salir zombies.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu descripción. De verdad. Abrazo.
Madrid tiene un red de Metro que te lleva a cualquier lugar, es rápido y está bien señalizado, aunque al llegar nos parezca caótico. Yo he vuelto a mi ciudad después de vivir en diferentes lugares hace poco.
ResponderEliminarSi el Metro es un micromundo, Matias, sólo lo utilizo para trayectos largos y describes muy bien ese ambiente que se vive.
Pero te diré, que yo que soy una gran caminadora de esta ciudad, por desgracia veo tantos desesperados en cada esquina pidiendo como los que puedes encontrar en el Metro.
Salgo con un presupuesto cerrado de casa, pues soy bastante sensible al dolor ajeno. Creo que si alguien pide, lo haga de la forma que lo haga, no debe estar sobrado de nada. Me molestan los agresivos y a veces me siento mal por no darles nada.
Un beso,