Manuel
sale de casa con la llave del coche en el bolsillo, cuando se acerca a la
puerta esta abre sola, aprieta un botón que lo pone en marcha, a viva voz le
dice al navegador llévame al trabajo, de camino advierte como aterriza un dron
dejando un paquete a la puerta de un vecino.
Cuando llega al trabajo en un aparcamiento minúsculo hace girar las cuatro ruedas a la vez en modo cangrejo e introduce totalmente de lado su utilitario, cuando llega a su trabajo el ascensor lo eleva 15 pisos en seis segundos la puerta de su oficina la abre acercando el ojo a un visor, una vez en el interior con una orden de voz se levantan las persianas, con otra se enciende el equipo informático con la agenda del día en la pantalla de inicio. No hace falta seguir para saber lo que Manuel puede hacer con su equipo, el asistente virtual que lleva dentro le facilita casi todo el trabajo
A media mañana acude al café a tomar un refrigerio, se sienta y al momento acude un espécimen metálico con ojos saltones pero con voz agradable que toma nota virtual de la comanda, en pocos minutos vuelve con el pedido depositándolo en su mesa.
Con tanta
tecnología en pocos años el sedentarismo puede producir nefastas consecuencias,
para evitarlo es necesario hacer mucho ejercicio, si aun así cogemos muchos
kilos, tendremos la solución llamando a un cirujano a domicilio que con una
mínima incisión en pocos minutos nos colocará un balón gástrico en el estomago
y en pocas semanas nos sentiremos mas ligeros….de peso.
Matías:
ResponderEliminarpor ahí, por ahí va la tecnología...
Salu2.
Muy bueno, Matías! El futuro puede ser la película WALLY, todos gorditos en sillones, un abrazo!
ResponderEliminarHola Matias, miedo me da todo esto ya que lo que nos pones va a ser verdad en unos años, no creo que se llegue al sedentarismo ya que con tanto robot vamos a desaparecer y ellos seran los amos del mundo, como en las pelis....
ResponderEliminarBesos.
Da pánico la historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un futuro distopico cada vez más cercano. Guardando las distancias los niveles de obesidad ya son alarmantes. Y se nos esta encogiendo la corteza cerebral con tanto artilugio que nos facilita la vida, al tiempo que como ocurre en tu relato nos la acorta. Feliz inicio de semana
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ResponderEliminarSerá película pero da miedo que se haga realidad, no ni ná.
Abrazo.
Un mundo que ya está aquí.
ResponderEliminarpodi-.
Así es, Matías.
ResponderEliminarUn futuro de ciencia ficción.
Un abrazo.
Tan real como la vida misma... Puro terror...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo