viernes, 21 de marzo de 2025

Reflexiones al viento

 No hace tantos años que un presidente del gobierno echó por tierra un plan hidrológico aprobado por el gobierno anterior, seguramente por fastidiar a la nueva oposición. Nunca sabremos si aquel plan hubiera evitado muertes y desgracias posteriores, pero creo que todos los planes que puedan prevenir catástrofes medioambientales deberían ser bien recibidos.

Cuando nuestro país ardía por los cuatro costados, se decía que había que poner remedio empleando mas medios, con personal haciendo cortafuegos y otras medidas anti incendios para que no volvieran a ocurrir, pero tristemente seguimos viendo como todos los veranos nuestra España arde y se desertiza año tras año.

Para no polemizar no voy a entrar si lo que está ocurriendo es por el cambio climático que dicen unos  o por cambios cíclicos  del universo que dicen otros, pero  tengo claro que algunas desgracias se podían evitar o minimizar si en los gobiernos hubieran personas capaces de ocuparse de asuntos tan importantes.

Esperemos que escampe pronto y volvamos a una primavera mas estable, que llueva con moderación lo habitual en esta estación del año.

Foto de la Calle Alcalá de Madrid de hace unos años en un evento de Otoño, un día lluvioso, pero    moderado.

viernes, 7 de marzo de 2025

Pequeño relato.

 


En los años sesenta del pasado siglo en una pequeña aldea de la meseta castellana vivía Abilio, un joven zagal que desde la niñez cuidaba un rebaño de ovejas junto a su padre, no tuvo ocasión de ir a la escuela, pero conocía a la perfección el trabajo con los animales.

Su padre falleció cuando contaba doce años y tuvo que hacerse cargo del pequeño rebaño que le permitía vivir  modestamente a él y a su madre en una pequeña y desvencijada casa en las afueras del pueblo.

Cuando le notificaron del ayuntamiento que tenía que hacer el servicio militar fue un mazazo terrible ante el panorama que se le presentaba con su madre enferma y sin otros  recursos que las pocas ovejas que cuidaba.  Pero gracias a un escrito que envió el alcalde a las autoridades competentes se  libró por ser hijo de viuda.

Pasaban los años y cada mañana al amanecer la vida de Abilio consistía en llevar a sus ovejas a buscar los mejores pastos de la zona, acomodándose en algún lugar donde vigilaba el rebaño junto a su perro. Al morir su madre se encontraba con mucha soledad y no paraba de  pensar como conseguir una vida como la de los otros jóvenes del pueblo que iban  los fines de semana al pueblo vecino a divertirse en el café y al baile al anochecer.

Unos años después con mucho sacrificio, había conseguido  un rebaño respetable que le permitió contratar a un vecino todos los sábados para cuidar el rebaño y así poder ir con otros vecinos al pueblo de al lado, allí comenzó a relacionarse con otros jóvenes de su edad y asistir al baile animado por un músico que tocaba los fines de semana con su acordeón los bailes pachangueros mas famosos de aquellos años.

En el baile conoció a Carmen una vecina del lugar con la que después de un noviazgo corto se casaron, tuvieron dos hijos que a diferencia de su padre pudieron asistir a la escuela, además de ayudar con el ganado. No había cumplido los sesenta cuando dejó a  cargo de sus hijos las ovejas y la fabricación de los quesos, dedicándose junto a su mujer a cumplir su deseo de recorrer con su Renault 4 los lugares mas bonitos de las regiones cercanas.