lunes, 19 de febrero de 2018

La gran ciudad



Cuando tenía doce años vino a vivir a nuestro barrio Angel, un muchacho de nuestra edad que pronto se hizo amigo de nuestra pandilla.

Vivíamos en la periferia de una pequeña población y pasábamos muchas horas en la calle jugando  como se hacía en aquellos tiempos.

Angel nos comentó que había vivido en una zona céntrica de Madrid, su padre trabajaba de portero en una casa de vecinos,  nos decía que la vida que hacían era  distinta, iban del colegio a casa y apenas salían a la calle si no iban acompañados.

Imaginaba lo triste que tenía que ser para un niño, vivir en el centro de una gran capital, sin tener el  campo para correr, ni río para bañarse en verano, ni libertad para salir a jugar en el barrio con los amigos.


Pasados los años solo uno de los cinco amigos permaneció en el pueblo, los demás partimos a  distintos lugares de nuestra geografía, a intentar buscar un medio de vida mas estable que el que teníamos, ya en la gran ciudad en alguna ocasión recordaba  los pensamientos que tenía sobre Angel cuando en su niñez vivió en esta gran urbe.

El cambio de residencia fue muy duro para mi, sin conocer a nadie y con un sistema de vida totalmente distinto al que había llevado en mi pequeña ciudad, los primeros meses la añoraba casi todos los días, aunque viajaba casi todos los meses un par de veces, trescientos kilómetros para pasar día y medio con la familia y los amigos que aun permanecían en mi lugar de origen.

Pasados los años y habiendo llevado una  vida aceptable en la gran ciudad , reconozco que los años mas felices, fueron los de  mi niñez y juventud, en plena naturaleza y con libertad de movimientos, en un lugar que siempre me pareció maravilloso.



22 comentarios:

  1. Que no quiero discutir, pero no añoramos el río, jugar en la calle, las meriendas jugando al escondite, la libertad de unas calles seguras, Añoramos la edad que teníamos entonces. Abrazos

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    1. Estoy de acuerdo que los primeros años nos marcan mucho

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  2. Debido a la profesión de mi padre me tocó vivir en varias ciudades grandes y también en una más pequeña donde había campo libre, montes y rio, la recuerdo con gran cariño porque fue el lugar donde más me divertí jugando con la "panda" en plena naturaleza y bañándonos en el río......que tiempos aquellos.Saludos

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    1. Cierto, las profesiones de los padres en muchos casos obligaban a cambios de ciudad.

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  3. Yo también recuerdo como muy especiales en mi vida esos momentos de libertad en contacto con la naturaleza. También es cierto que para mí eso eran vacaciones y la gran ciudad colegio.
    Un abrazo.

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    1. Los que podían ir de vacaciones a esos lugares en pleno campo, seguro que también lo recuerdan con agrado.

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  4. Es que la niñez es la mejor época, yo la recuerdo tan bonita...ahora todo es distinto, los niños después del cole tienen mil actividades, no pueden jugar solos en la calle...todo cambia. ¿Sigue Ángel en el barrio?
    Un saludo.

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    1. Angel es el único que permaneció en el pueblo, quizás sea el que ha tenido peores momentos en la vida laboral.

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  5. Siempre me ha gustado la vida de las ciudades pequeñas. Por motivos de trabajo hemos tenido 5 traslados y en grandes urbes. En el último buscamos un lugar pequeño donde poder vivir con tranquilidad, aún perdiendo dinero, gananos en muchas otras cosas Matías.
    Bonita entrada.
    Buen martes.
    besos.

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    1. Yo siempre he dicho que donde en verdad se vive es en las pequeñas poblaciones, claro está, con un medio de vida laboral aceptable.

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  6. Continuamente pienso,¿que esta pasando?, añoramos el pasado mucho, otros su obsesion es quitar todo lo que recuerde la historia, tampoco lo entiendo, entonces las nuevas generaciones, empezaran conocientos a partir del movil
    No se si tengo razon, pero no creo estar muy confundida
    un abrazo

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    1. La suerte que tienen la mayoría de las nuevas generaciones, es que la mejor calidad de vida de sus progenitores les ha permitido veranear en la playa o en el campo.

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  7. Yo he vivido de pequeña siempre en Madrid pero en un barrio, Vallecas. Teníamos pequeños campitos donde correr y poder escondernos cuando jugamos al escondite. Lo pasé francamente bien.
    Ya en mi adolescencia, mis padres dieron el salto, nada más y nada menos que a el barrio de Tetuán. Aunque aún quedaban campos cercanos, ya era mayorcita y salía poco...todo ello lo recuerdo con gran cariño y añoranza.
    Un abrazote.

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    1. Es cierto que antes del año setenta, en la periferia de Madrid aun había mucho campo, incluso todavía se bañaban en el río Manzanares.

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  8. Me identifico con tu relato. Llegue a Madrid con 17 años y me costo mucho acostumbrarme. Por eso a la vejez he vuelto al campo.
    Saludos.

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    1. Buena decisión la de volver al campo, yo de momento no puedo, pero me encanta ir de vez en cuando.

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  9. Siempre, de algun modo, seguimos viviendo en la niñez y en la juventud...

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    1. Estoy de acuerdo, la niñez y la juventud nos marca mucho a lo largo de la vida.

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  10. Excelente imagen y un testo muy interesante que me recuerda mucho a mi propia historia vital,saludos y feliz semana.

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