lunes, 20 de abril de 2020

Mi salida

                                      ¿Cuando volveremos a la normalidad?

Ha sido el primer día que piso la calle desde que comenzó el confinamiento, por supuesto con mi mascarilla reglamentaria, al principio vas caminando con una sensación sublime después de  cinco semanas contando los pocos metros del salón de la casa.

Mi salida ha sido a la oficina bancaria,  cuando llegué me situaron en el interior junto a la puerta de entrada, solamente había un cliente sentado frente a la única  empleada de la oficina, a la que este hombre le estaba dando una charla sobre no se que comisión.

Después de quince minutos de dimes y diretes, aquel hombre seguía en sus trece levantando la voz y haciendo aspavientos. Al fin  salió de su habitáculo  el director de la oficina indicándole que guardara la compostura, palabras que aplacaron momentáneamente al individuo, siguiendo este con la misma cantinela de la susodicha comisión, en este caso dirigíendose al director. 
En tono amenazante el cliente espetó al director que si no le devolvían  automáticamente la comisión cerraría la cuenta y se iría a otro banco, en ese momento el director dirigiéndose a la empleada le indicó que le devolviera la comisión  y que le cancelara la cuenta, al momento el cliente a voz en grito espetó: “oiga que yo no quiero cancelar la cuenta”, tengo aquí domiciliados todos los recibos, el director con voz sosegada le dijo:  si no quiere cancelar la cuenta no hay devolución, esa comisión es totalmente legal.
El individuo levantándose de la silla le contesto: me voy pero daré una queja a la central del banco,  el director le dijo que hiciera lo que creyera oportuno mientras se dirigía a su despacho.
Por fin después de treinta minutos fui atendido, lo cierto es que no tenía  ninguna prisa, además la espera no fue aburrida.